El sedentarismo infantil se da por un estilo de vida en el que el niño tiene una falta de actividad física y pasa la mayor parte de su tiempo viendo televisión, usando dispositivos electrónicos, jugando videojuegos o estando sentado durante largos períodos sin participar en dinámicas que permitan el movimiento corporal.

El sedentarismo infantil puede tener varias consecuencias negativas en la salud y bienestar de tus hijos:
- Problemas de salud física: La falta de actividad física puede llevar a un aumento de peso y a la obesidad infantil. Esto, a su vez, puede aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2, enfermedades cardíacas y presión arterial alta. También puede afectar negativamente el desarrollo muscular y óseo, lo que puede llevar a problemas de postura y debilidad muscular.
- Problemas de salud mental: La inactividad física en los niños también puede tener consecuencias para su salud mental. El sedentarismo se ha asociado con un mayor riesgo de desarrollar trastornos del estado de ánimo, como la depresión y la ansiedad. Además, los niños sedentarios suelen tener un menor bienestar psicológico en general.
- Rendimiento académico deficiente: La falta de actividad física puede afectar negativamente el rendimiento académico de los niños. La actividad física regular ha demostrado mejorar la concentración, la memoria y la capacidad de aprendizaje. Los niños sedentarios pueden tener dificultades para mantener la atención en clase y pueden experimentar un menor rendimiento académico en comparación con sus pares más activos.
- Hábitos de vida poco saludables: El sedentarismo en la infancia puede establecer patrones de comportamiento poco saludables que persisten en la edad adulta. Los niños que no participan en actividades físicas regularmente tienen más probabilidades de llevar un estilo de vida sedentario en la edad adulta, lo que aumenta el riesgo de enfermedades crónicas y reduce la calidad de vida.
- Problemas sociales y emocionales: La falta de participación en actividades físicas y deportivas puede llevar a los niños a experimentar problemas sociales y emocionales. Pueden tener dificultades para relacionarse con sus compañeros y pueden experimentar baja autoestima y aislamiento social.
¿Cómo podemos incentivar la actividad física en los niños?
- Se un modelo a seguir: Los niños tienden a imitar el comportamiento de sus padres y cuidadores, por lo que es importante que tu mismo seas activo físicamente. Ponte tu par de tenis favorito muestra entusiasmo por el ejercicio.
- Proporciónales opciones variadas: Ofrece una variedad de opciones de actividades físicas para que los niños elijan según sus intereses y preferencias. Pueden ser deportes, juegos al aire libre, danza, artes marciales o cualquier actividad que les resulte divertida. Eso sí, vela por su bienestar poniéndoles un calzado adecuado para cada actividad.
- Haz del ejercicio algo divertido: Haz que la actividad física sea divertida y atractiva para los niños. Organiza juegos, competencias amistosas, excursiones a parques o playas, paseos en bicicleta, senderismo o incluso bailes en casa. La clave es hacer que se diviertan mientras se mueven y por supuesto, que amen sus tenis de deporte.
- Limita el tiempo de pantalla: Establece límites razonables para el tiempo de pantalla, ya que el exceso de tiempo frente a dispositivos electrónicos puede limitar la actividad física. Fomenta actividades alternativas en su lugar, como jugar al aire libre o practicar deportes.
- Incorporar actividad física en la rutina diaria: Busca oportunidades para incorporar la actividad física en la rutina diaria de los niños. Puede ser caminar o andar en bicicleta hasta la escuela, realizar pausas activas durante el estudio o realizar tareas domésticas que impliquen movimiento.
- Hacerlo en familia: Realiza actividades físicas en familia, como caminatas, paseos en bicicleta, juegos en el parque o deportes en equipo. Esto no solo fomenta la actividad física, sino que también fortalece los vínculos familiares.
- Establece metas y recompensas: Establece metas alcanzables y brinda recompensas por alcanzarlas. Esto puede motivar a los niños a participar en actividades físicas y mantenerse comprometidos.
Recuerda que cada niño es único, por lo que es importante encontrar actividades que se ajusten a sus intereses y habilidades. El objetivo es promover un estilo de vida activo y saludable a largo plazo, fomentando el gusto por la actividad física desde temprana edad.