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¿Qué harías tú por amor?

“Un padre no puede quedarse sin hacer nada” es la premisa bajo la cual se desarrolla Tú hijo. Un thriller psicológico que se vive desde la mirada de su personaje principal Jaime Jiménez, corredor y médico honorable de Sevilla al que le cambia por completo la vida a raíz de una brutal paliza que recibe su amado hijo Marcos a la salida de una discoteca, viéndose así obligado a realizar un viaje al más profundo de los infiernos.

“¿Tú que tienes, pisada pronadora o supinadora?” fue la última pregunta que le hizo Marcos a su padre antes de la terrible desgracia en la que nos embarcaría el director, Miguel Ángel Vivas mediante un diálogo lúgubre y constante con el inconsciente.

Y es que la narrativa de Tu hijo deja ver que el punto de encuentro más cercano en la relación entre Jaime y Marcos, es el atletismo. Deporte que practican en compañía y que permanece presente a lo largo de la historia aún como herramienta para desfogar la frustración y la ira cuando la paz se viene abajo.

Una historia que se desarrolla a través del estallido estruendoso del silencio. La alarma que anuncia la llegada del alba. El chorro de leche que cae hasta el fondo de la taza. El sonido de la radio que emite los servicios informativos de Andalucía. El golpe de las puertas al cerrarse. Los pasos firmes de quien busca sobre el asfalto. El estropajo entre las manos. Los pájaros que cantan. La  respiración agitada de la desgracia. La aspiradora que limpia la sangre del piso de un quirófano. La moto que se estrella contra el muro. El clamor de un caballo que tirado en una calle de Sevilla, agoniza. Los ojos desesperados de una mujer que es todas las mujeres.  Los ojos desesperados de un padre que es todos los padres. La fragilidad absoluta que solo da un hijo. El delirio. La complicidad ciega del amor. Y al final, nada. El silencio absoluto del amor frente al hallazgo.

Así, durante noventa minutos somos testigos de la transformación mental de un hombre que con su drama nos obliga a pensar en la condición de la miseria humana, en nuestras propias decisiones morales y hasta dónde podríamos llegar por amor.

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